viernes, 23 de marzo de 2018

CHARLA DE JAVIER MARTÍNEZ DE LA ESCUELA DE VIOLEROS DE ZARAGOZA

Una de las actividades programadas en el Festival de Guitarra de Zaragoza 2018 es una charla de Javier Martínez de la Escuela de violeros de Zaragoza (http://www.escueladevioleros.com/) sobre los violeros en Aragón entre los siglos XV-XVII.
Un apasionante viaje en el tiempo guiados por una eminencia en el tema, no en vano es doctor en Historia del Arte, para conocer mejor nuestras raíces musicales y la importancia de Aragón en la evolución de la fabricación de instrumentos.

La charla será el viernes 25 de mayo por la tarde, a falta de concretar el horario en el programa. 

Pronto más información

Para conocer un poco mejor al conferenciante, adjunto un interesante artículo de Heraldo de Aragón.

El legado cultural de los violeros españoles se rescata en Zaragoza

Zaragoza fue la ciudad europea con mayor número de artesanos de estos instrumentos entre los siglos XV y XVI, una riqueza cultural en la que hoy forma la Escuela de Violeros.

M. Penacho. Zaragoza24/05/2016 a las 06:00
Escuela de violeros de Zaragoza

“Construir un instrumento musical es una de las aventuras más gratificantes que puede emprender el ser humano. Muchos sabios de la Antigüedad decían que el universo es un instrumento musical”. Javier Martínez, violero y estudioso apasionado de la música antigua dirige desde 2015 la Escuela de Violeros de Zaragoza, un singular proyecto cultural puesto en marcha gracias a varias entidades, entre ellas, al mecenazgo de una de las fundaciones más importantes de Europa, la de Daniel & Nina Carasso. Daniel Carasso fue el fundador de Danone.

Esta entidad seleccionó este proyecto tras ponderar la importancia del legado cultural de los violeros españoles activos en los siglos XVI y XVII, y valorar las bondades de una escuela destinada a recuperar esta tradición, formar en la construcción de instrumentos y difundir a través de diversas actividades y proyectos la música antigua y el arte de la construcción de instrumentos. A la vez, se cubre “una carencia en el sistema educativo español, que no contempla enseñanzas como las que la escuela ofrece - dice Martínez-. Resulta paradójico que instrumentos tan emblemáticos como la guitarra española o las vihuelas de mano y de arco sean algunas de las aportaciones ibéricas transcendentes para el mundo de la música y de la cultura y no merezcan un espacio dentro de las enseñanzas regladas”, a diferencia de lo que ocurre en otros países como Canadá, Inglaterra, Francia o Italia, donde son materia de licenciaturas universitarias, con algunas asignaturas impartidas, precisamente, por violeros españoles.

Durante este primer curso 2015-2016, además de las tareas de organización y puesta en marcha de la escuela, se han impartido enseñanzas en la construcción de guitarra española, y en el segundo curso 2016-2017, se ampliará la oferta a otras especialidades, como instrumentos antiguos de cuerda pulsada, instrumentos antiguos de arco y arpas ibéricas. Ya se ha abierto el plazo de inscripción para el curso siguiente, que se impartirá desde septiembre de 2016 hasta junio de 2017. Los interesados, para informarse, pueden entrar en la web o acercarse a la escuela, situada en la calle Lagos de Coronas, número 41-43.

Además, en paralelo, la escuela organiza actividades culturales complementarias en museos o ámbitos rurales, o talleres concretos como el proyecto "delyramus" que se desarrolla con Espacio Visiones de la Fundación Rey Ardid. “Nos interesa divulgar la importancia de este legado cultural y explorar las posibilidades que encierra como herramienta dinamizadora”, sostiene Martínez.

El proyecto cuenta también con el apoyo de la Diputación Provincial de Zaragoza, la Fundación Rey Ardid, que permite utilizar uno de sus talleres en Zaragoza y el Ayuntamiento de Zaragoza, que cede complementariamente el Taller Chicotén, en la calle Las Armas.
Zaragoza, potencia musical de violeros

Pasión, capacidad de asombro, sensibilidad, tacto o interés por los materiales naturales son algunas de las cualidades que requiere un buen maestro constructor de violas, una base que ha de pulirse y enriquecerse, como lo hacen con esmero los alumnos de esta escuela. “La nuestra no es una mera actividad artesana”, comenta el director sobre un oficio que requiere además conocer las técnicas antiguas, las propiedades de los materiales y saber responder a infinidad de preguntas que surgen a la hora de revivir los instrumentos antiguos.

“Un instrumento no es una mera herramienta musical, tiene importancia como objeto artístico en sí mismo, casi con vida propia. Construirlo exige un estudio previo, trazar el diseño, analizar las búsquedas del músico al que va destinado, sus aspiraciones artísticas. Por otro lado, hay que imbuirse en el contexto histórico y artístico en el que se enmarca. Has de adaptar el instrumento al intérprete y éste ha de darse un poco también y dejarse llevar por los caminos que a veces marca el propio instrumento”, dice Martínez, también doctor en Historia del Arte con la tesis ‘El arte de os violeros, 1350-1650’.

La Escuela de Violeros viene a conectar con una desconocida tradición en la capital aragonesa, pues es la ciudad europea en la que se ha documentado un mayor número de violeros activos durante el siglo XV y principios del XVI, treinta y seis para una población que difícilmente superaría los 20.000 habitantes.

A la relevancia cuantitativa de este gremio se une la calidad de las aportaciones de estos artesanos singulares. “Los violeros zaragozanos, casi con total seguridad, fueron los que innovaron la llamada ‘cintura aragonesa’ o ‘escotaduras laterales’ (laterales en forma de "C" que flanquean la caja de resonancia). Se trata de una solución que resolvió de un modo definitivo el problema del tránsito del arco sobre los instrumentos, evitando que sus crines rozaran con la tapa”, destaca el experto sobre una solución que no solo es utilizada en los instrumentos de arco, sino que incluso muchos de cuerda pulsada también los compartieron. “Como curiosidad, los zaragozanos deberían presumir de que incluso el ‘bajo beatle’ de Paul McCartney debe su peculiar fisionomía a esta innovación. ¿No es una enorme aportación al mundo de la cultura occidental?”.

Y quizá este apogeo explica que la primera imagen de esta solución se encuentre en una vihuela de arco representada por Blasco de Grañén en 1439, en un retablo que se custodia en el Museo de Zaragoza. En la primera mitad del siglo XV aparecen muchas imágenes similares en la pintura aragonesa, más adelante se extienden por la valenciana y pronto aparecen en Italia, donde estos instrumentos experimentaron, ya en el siglo XVI una enorme eclosión. “Pensemos en que Italia, en pleno ‘Quattrocento’, estaba irradiando arte y cultura a toda Europa. A la vez, los círculos cortesanos más refinados preferían los instrumentos construidos ‘alla spagnola’, como nuestros laúdes, vihuelas de mano y de arco”.

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